Editorial
En septiembre se cumplirán 49 años del golpe de Estado ocurrido en Chile el 11 de septiembre de 1973 el que mediante la fuerza puso fin al gobierno de la Unidad Popular que era presidido por Salvador Allende.
Los EEUU, las grandes empresas, y la derecha chilena tuvieron un rol determinante en generar las condiciones para que los militares chilenos violaran la Constitución de 1925 e impusieran una dictadura militar sangrienta contra el pueblo de Chile al que juraron defender, pero que en los hechos, traicionó.
La herencia de la dictadura militar, a 32 años del retorno a la democracia en Chile, sigue presente, en muchos aspectos, en esta larga transición a la democracia, ya que sigue vigente la Constitución de 1980 impuesta por el régimen militar. Esta Constitución consagró un modelo autoritario, neoliberal, individualista y conservador, y, pese a las reformas, ha seguido modelando un sistema económico-social que genera profundas desigualdades e injusticias y que son las raíces de fondo que explican el estallido social.
El 04 de septiembre, las y los chilenos deberán votar si aprueban o no la propuesta de nueva Constitución que ha sido presentada por la Convención Constituyente cuyos integrantes fueron elegidos democráticamente, con paridad de género, y donde se incluyó las voces de nuestros pueblos originarios.
La propuesta de Nueva Constitución modela una nueva carta magna fundada en los principios de la democracia, la plurinacionalidad, la solidaridad, la paridad de género, la igualdad, la justicia, y los derechos humanos, entre otros.
Es claro que “la señal de los mercados”, el relato de los grandes medios de comunicación, dominados por la élite chilena, y los partidos de la derecha, han rechazado la propuesta de Nueva Constitución ya que significaría construir un país con mayor justicia social lo que implicaría, entre otras cosas, caminar hacia una mejor redistribución de las riquezas que percibe nuestro país las que, hoy por hoy, se concentran en un reducido porcentaje de la población. Esto explica que el goce de los derechos humanos sea muy limitado para gran parte de nuestro pueblo.
Por otro lado, en esta edición especial de la Revista El Derecho a Vivir en Paz, compartimos una selección de diversas opiniones, artículos, e informaciones sobre la OTAN, liderada por los Estados Unidos, con el fin de compartir otros enfoques a las narrativas predominantes.
La OTAN, la maquinaria de la guerra fría, representa un peligro permanente para todos nuestros pueblos, a la paz del mundo, a la soberanía, y cuya existencia en nada ha contribuido a sentirnos en un mundo más seguro.
La OTAN sigue con las lógicas guerreristas e intervencionistas, como muy bien conocemos en la historia de América Latina, donde EEUU ha promovido golpes de Estados, invasiones, y toda suerte de calamidades.
En América Latina, la OTAN está vinculada en acuerdos militares con Colombia, presente en Las Islas Malvinas, ocupada por el ejército del Reino Unido, y mediante toda la red de bases militares que Estados Unidos dispone en toda América Latina y el Caribe; dentro de ellas, las bases militares más grandes, en Honduras, Colombia, Perú, y la que mantiene, ilegalmente, contra la voluntad del pueblo cubano, en Guantánamo.
Es hora de terminar con la OTAN y abogar por una relación de EEUU, y de todos, basada en el respeto a la soberanía, la paz, y los derechos humanos.
Indice:
Principios para una nueva Constitución. Pag.2
Principios y Derechos en la Propuesta de Nueva Constitución Pag.4
Por qué votaré APRUEBO, por Hervi Lara. Pag.6
Memoria, DDHH y las otras guerras, por Pablo Ruiz. Pag.7
Efemérides. Pag.10
Ex oficial de inteligencia militar entrenado en EEUU condenado a 22 años por el asesinato de Berta Cáceres. Por SOA Watch. Pag.11
Colombia: Comisión de la Verdad entrega Informe final. Pag.12
La OTAN: La alianza militar de la Guerra Fría. Pag.13
Protestas contra la OTAN.Pag.14
Reflexiones y geopolítica de Atilio Borón.Pag.15
Finlandia y Suecia: Solicitan ingresar a la OTAN.Pag.16
La “subordinación estratégica” del Estado colombiano a los intereses imperialistas de los EEUU y la OTAN, por Julieta Daza A. Pag.17
Colombia: EEUU, por lo general, dice la última palabra, por Renán Vega Cantor. Pag.20
Los ejércitos secretos de la OTAN, por Stella Calloni. Pag.21
Yugoslavia: La Confesión de las Bombas,por Eduardo Galeano. Pag.22
La presencia de la OTAN en Las Malvinas, por Ernesto Alonso.Pag.23
La OTAN y el juicio pendiente, por Sara Rosenberg. Pag.24
EEUU-OTAN: Más Militarización, Menos Paz para el Mundo.Pag.26
Adrián Ramírez: Tenemos que pronunciarnos contra las bases militares y contra la OTAN.Pag.29
Defendamos la alegría: Nunca más la OTAN, luchemos por la paz, por Martin Almada, Pag.30
Operación Gladio, el ejército secreto de la OTAN. Pag.30
Los 40 años de España en la OTAN, por Luis Gonzalo Segura. Pag.31
OTAN: La mentira fundacional, por Werner Rügemer. Pag.33
OTAN: el brazo armado de Google o Amazon, por Juan Carlos Monedero. Pag.37
Ucrania es una pieza en: “El gran tablero de ajedrez”, por Rick Sterling. Pag.38
Declaración Final: Séptimo Seminario Internacional de Paz y por la abolición de las bases militares extranjeras.. Pag.42
