(English below)
En los últimos años, la participación en la OTAN ha convertido a los países europeos en cómplices de los esfuerzos de EE.UU. por alcanzar la hegemonía mundial mediante la fuerza militar, violando el derecho internacional.
Por John Scales Avery
Recientes amenazas de guerra por Ucrania
Rusia teme, comprensiblemente, la expansión de la OTAN hacia el este. Recientemente, los países de la OTAN, encabezados por Estados Unidos, han suministrado armas a Ucrania. Existe la amenaza de que las tensiones que se acumulan en la región desemboquen en una guerra. Este hecho sería catastrófico para todo el mundo. En este contexto, examinemos la cuestión de la ilegalidad de la OTAN.
Violación de la Carta de la ONU y de los Principios de Nuremberg
En los últimos años, la participación en la OTAN ha convertido a los países europeos en cómplices de los esfuerzos de EE.UU. por alcanzar la hegemonía mundial por medio de la fuerza militar, violando el derecho internacional y, especialmente, la Carta de la ONU y los Principios de Nuremberg.
El ex secretario general adjunto de la ONU, Hans Christof von Sponeck, utilizó las siguientes palabras para expresar su opinión de que la OTAN viola ahora la Carta de la ONU y el derecho internacional:
«En el Tratado del Atlántico Norte de 1949, se declaró que la Carta de las Naciones Unidas era el marco legal vinculante de la OTAN. Sin embargo, el monopolio del uso de la fuerza por parte de las Naciones Unidas, especialmente tal como se especifica en el artículo 51 de la Carta, dejó de aceptarse según la doctrina de la OTAN de 1999. El ámbito territorial de la OTAN, hasta entonces limitado a la región euroatlántica, fue ampliado por sus miembros para incluir todo el mundo».
El artículo 2 de la Carta de la ONU exige que «Todos los miembros se abstendrán en sus relaciones internacionales de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado». Este requisito se ve matizado en cierta medida por el artículo 51, que dice que «Ninguna de las disposiciones de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas, hasta que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales».
Así, en general, la guerra es ilegal según la Carta de la ONU. La autodefensa contra un ataque armado está permitida, pero sólo por un tiempo limitado, hasta que el Consejo de Seguridad haya tenido tiempo de actuar. La Carta de las Naciones Unidas no permite la amenaza o el uso de la fuerza en guerras preventivas, o para producir cambios de régimen, o para la llamada «democratización», o para el dominio de regiones ricas en petróleo. La OTAN no debe participar en la amenaza o el uso de la fuerza con esos fines ilegales.
En 1946, la Asamblea General de las Naciones Unidas afirmó por unanimidad «los principios del derecho internacional reconocidos por la Carta del Tribunal de Nuremberg y la sentencia del Tribunal». La Asamblea General también creó una Comisión de Derecho Internacional para formalizar los Principios de Nuremberg. El resultado fue una lista que incluía los Principios VI y VII, que son especialmente importantes en el contexto de la ilegalidad de la OTAN:
Principio VI: Los crímenes que se exponen a continuación son punibles como crímenes de derecho internacional:
a. Crímenes contra la paz: (I) La planificación, preparación, iniciación o realización de una guerra de agresión o de una guerra en violación de tratados, acuerdos o garantías internacionales; (ii) La participación en un plan o conspiración común para la realización de cualquiera de los actos mencionados en (I).
b. Crímenes de guerra: Violaciones de las leyes y costumbres de la guerra que incluyen, pero no se limitan a, el asesinato, los malos tratos a los prisioneros de guerra o a las personas en el mar, el asesinato de rehenes, el saqueo de la propiedad pública o privada, la destrucción gratuita de ciudades, pueblos o aldeas, o la devastación no justificada por la necesidad militar.
c. Crímenes contra la humanidad: Atrocidades y ofensas, incluyendo pero no limitándose al asesinato, exterminio, deportación, encarcelamiento, tortura, violación u otros actos inhumanos cometidos contra cualquier población civil, o persecuciones por motivos políticos, raciales o religiosos, violando o no las leyes del país donde se perpetren
….
cii. Principio VII: La complicidad en la comisión de un crimen contra la paz, un crimen de guerra o un crimen contra la humanidad, tal como se establece en el Principio VI, es un crimen contra el derecho internacional.
Robert H. Jackson, que fue el fiscal jefe de Estados Unidos en los juicios de Nuremberg, dijo que «Iniciar una guerra de agresión es, por tanto, no sólo un crimen internacional, sino el crimen internacional supremo, que se diferencia de otros crímenes de guerra en que contiene en sí mismo el mal acumulado del conjunto.»
Violación del Tratado de No Proliferación Nuclear
En la actualidad, la política de armas nucleares de la OTAN viola tanto el espíritu como el texto del Tratado de No Proliferación Nuclear en varios aspectos: En la actualidad se calcula que hay unas 200 armas nucleares estadounidenses todavía en Europa. Las fuerzas aéreas de los países en los que tienen su base se entrenan regularmente para hacer llegar las armas estadounidenses. Este «reparto de armas nucleares», como se denomina, viola los artículos I y II del TNP, que prohíben la transferencia de armas nucleares a Estados no poseedores de armas nucleares. Se ha argumentado que el TNP dejaría de estar en vigor si se produjera una crisis, pero no hay nada en el TNP que diga que el tratado no se mantendría en todas las circunstancias.
El artículo VI del TNP exige a los Estados que poseen armas nucleares que se deshagan de ellas en un plazo razonable. Este artículo se viola por el hecho de que la política de la OTAN se guía por un Concepto Estratégico, que visualiza el uso continuado de armas nucleares en un futuro previsible».
El principio de no ser el primero en usar las armas nucleares ha sido una salvaguarda extremadamente importante a lo largo de los años, pero se viola con la actual política de la OTAN, que permite el primer uso de las armas nucleares en una amplia variedad de circunstancias.
¿Debe realmente Europa verse arrastrada a una guerra potencialmente catastrófica con Rusia?
En la actualidad, el gobierno de Estados Unidos está tratando de obligar a los miembros europeos de la OTAN a participar en operaciones agresivas en relación con el golpe de Estado que llevó a cabo en Ucrania. Europa debe negarse. (Véase el siguiente enlace:
https://www.transcend.org/tms/2014/04/natos-aggression-against-russia-and-the-danger-of-war-in-europe/)
La arrogancia y la temeraria irresponsabilidad del gobierno estadounidense al arriesgarse a una guerra catastrófica con Rusia es casi increíble, pero la intervención en Ucrania es sólo una de una larga serie de intervenciones estadounidenses:
Durante el período comprendido entre 1945 y el presente, Estados Unidos ha interferido, militarmente o de forma encubierta, en los asuntos internos de un gran número de naciones: China, 1945-49; Italia, 1947-48; Grecia, 1947-49; Filipinas, 1946-53; Corea del Sur, 1945-53; Albania, 1949-53; Alemania, 1950; Irán, 1953; Guatemala, 1953-1990; Oriente Medio, 1956-58; Indonesia, 1957-58; Guayana Británica/Guyana, 1953-64; Vietnam, 1950-73; Camboya, 1955-73; El Congo/Zaire, 1960-65; Brasil, 1961-64; República Dominicana, 1963-66; Cuba, 1959-presente; Indonesia, 1965; Chile, 1964-73; Grecia, 1964-74; Timor Oriental, 1975-presente; Nicaragua, 1978-89; Granada, 1979-84; Libia, 1981-89; Panamá, 1989; Iraq, 1990-presente; Afganistán, 1979-92; El Salvador, 1980-92; Haití, 1987-94; Yugoslavia, 1999; y Afganistán, 2001-presente, Siria, 2013-presente. Egipto, desde 2013.
La mayoría de estas intervenciones se explicaron al pueblo estadounidense como necesarias para combatir el comunismo (o, más recientemente, el terrorismo), pero un motivo subyacente era, sin duda, el deseo de la oligarquía gobernante de instaurar gobiernos y leyes que fueran favorables a los intereses económicos de Estados Unidos y sus aliados. Además, el complejo militar-industrial necesita una justificación para los presupuestos militares increíblemente abultados que drenan recursos desesperadamente necesarios de proyectos sociales y medioambientales.
¿Quieren realmente los pueblos de Europa participar en la locura de la agresión contra Rusia? Por supuesto que no. ¿Y los dirigentes europeos? ¿Por qué no siguen la voluntad del pueblo y liberan a Europa de la esclavitud de Estados Unidos? ¿Han sido sobornados nuestros líderes? ¿O han sido chantajeados con secretos personales, descubiertos por el largo brazo del espionaje de la NSA?
Traducción derechoalapaz.com – Fuente: ALAINET
The illegality of NATO
In recent years, participation in NATO has made European countries accomplices in US efforts to achieve global hegemony by means of military force, in violation of international law.
By John Scales Avery
Russia understandably fears the eastward expansion of NATO. Recently NATO countries, led by the United States, have supplied arms to Ukraine. There is a threat that the tensions building up in the region will lead to war. Such a development would be catastrophic for the entire world. Against this backdrop, let us examine the question of NATO’s illegality.
Violation of the UN Charter and the Nuremberg Principles
In recent years, participation in NATO has made European countries accomplices in US efforts to achieve global hegemony by means of military force, in violation of international law, and especially in violation of the UN Charter, the Nuremberg Principles.
Former UN Assistant Secretary General Hans Christof von Sponeck used the following words to express his opinion that NATO now violates the UN Charter and international law: “In the 1949 North Atlantic Treaty, the Charter of the United Nations was declared to be NATO’s legally binding framework. However, the United-Nations monopoly of the use of force, especially as specified in Article 51 of the Charter, was no longer accepted according to the 1999 NATO doctrine. NATO’s territorial scope, until then limited to the Euro-Atlantic region, was expanded by its members to include the whole world”
Article 2 of the UN Charter requires that “All members shall refrain in their international relations from the threat or use of force against the territorial integrity or political independence of any state.” This requirement is somewhat qualified by Article 51, which says that “Nothing in the present Charter shall impair the inherent right of individual or collective self-defense if an armed attack occurs against a Member of the United Nations, until the Security Council has taken measures necessary to maintain international peace and security.”
Thus, in general, war is illegal under the UN Charter. Self-defense against an armed attack is permitted, but only for a limited time, until the Security Council has had time to act. The United Nations Charter does not permit the threat or use of force in preemptive wars, or to produce regime changes, or for so-called “democratization”, or for the domination of regions that are rich in oil. NATO must not be a party to the threat or use of force for such illegal purposes.
In 1946, the United Nations General Assembly unanimously affirmed “the principles of international law recognized by the Charter of the Nuremberg Tribunal and the judgment of the Tribunal”. The General Assembly also established an International Law Commission to formalize the Nuremberg Principles. The result was a list that included Principles VI and VII, which are particularly important in the context of the illegality of NATO:
Principle VI: The crimes hereinafter set out are punishable as crimes under international law:
a. Crimes against peace: (I) Planning, preparation, initiation or waging of a war of aggression or a war in violation of international treaties, agreements or assurances; (ii) Participation in a common plan or conspiracy for accomplishment of any of the acts mentioned under (I).
b. War crimes: Violations of the laws and customs of war which include, but are not limited to, murder, ill treatment of prisoners of war or persons on the seas, killing of hostages, plunder of public or private property, wanton destructions of cities, towns or villages, or devastation not justified by military necessity
c. Crimes against humanity: Atrocities and offenses, including but not limited to murder, extermination, deportation, imprisonment, torture, rape or other inhumane acts committed against any civilian population, or persecutions on political, racial or religious grounds, whether or not in violation of the laws of the country where perpetrated
….
cii. Principle VII: Complicity in the commission of a crime against the peace, a war crime or a crime against humanity as set forth in Principle VI as a crime against international law.
Robert H. Jackson, who was the chief United States prosecutor at the Nuremberg trials, said that “To initiate a war of aggression is therefore not only an international crime, it is the supreme international crime, differing from other war crimes in that it contains within itself the accumulated evil of the whole.”
Violation of the Nuclear Nonproliferation Treaty
At present, NATO’s nuclear weapons policies violate both the spirit and the text of the Nuclear Nonproliferation Treaty in several respects: Today there are an estimated 200 US nuclear weapons still in Europe. The air forces of the nations in which they are based are regularly trained to deliver the US weapons. This “nuclear sharing”, as it is called, violates Articles I and II of the NPT, which forbid the transfer of nuclear weapons to non-nuclear-weapon states. It has been argued that the NPT would no longer be in force if a crisis arose, but there is nothing in the NPT saying that the treaty would not hold under all circumstances.
Article VI of the NPT requires states possessing nuclear weapon to get rid of them within a reasonable period of time. This article is violated by fact that NATO policy is guided by a Strategic Concept, which visualizes the continued use of nuclear weapons in the foreseeable future.’
The principle of no-first-use of nuclear weapons has been an extremely important safeguard over the years, but it is violated by present NATO policy, which permits the first-use of nuclear weapons in a wide variety of circumstances.
Must Europe really be dragged into a potentially catastrophic war with Russia?
At present the United States government is trying to force the European members of NATO to participate in aggressive operations in connection with the coup which it carried out in Ukraine. Europe must refuse. (See the following link:
The hubris, and reckless irresponsibility of the US government in risking a catastrophic war with Russia is almost beyond belief, but the intervention in Ukraine is only one in a long series of US interventions:
During the period from 1945 to the present, the US interfered, militarily or covertly, in the internal affairs of a large number of nations: China, 1945-49; Italy, 1947-48; Greece, 1947-49; Philippines, 1946-53; South Korea, 1945-53; Albania, 1949-53; Germany, 1950s; Iran, 1953; Guatemala, 1953-1990s; Middle East, 1956-58; Indonesia, 1957-58; British Guiana/Guyana, 1953-64; Vietnam, 1950-73; Cambodia, 1955-73; The Congo/Zaire, 1960-65; Brazil, 1961-64; Dominican Republic, 1963-66; Cuba, 1959-present; Indonesia, 1965; Chile, 1964-73; Greece, 1964-74; East Timor, 1975-present; Nicaragua, 1978-89; Grenada, 1979-84; Libya, 1981-89; Panama, 1989; Iraq, 1990-present; Afghanistan 1979-92; El Salvador, 1980-92; Haiti, 1987-94; Yugoslavia, 1999; and Afghanistan, 2001-present, Syria, 2013-present. Egypt, 2013-present.
Most of these interventions were explained to the American people as being necessary to combat communism (or more recently, terrorism), but an underlying motive was undoubtedly the desire of the ruling oligarchy to put in place governments and laws that would be favorable to the economic interests of the US and its allies. Also, the military-industrial complex needs justification for the incredibly bloated military budgets that drain desperately needed resources from social and environmental projects.
Do the people of Europe really want to participate in the madness of aggression against Russia? Of course not! What about European leaders? Why don’t they follow the will of the people and free Europe from bondage to the United States? Have our leaders been bribed? Or have they been blackmailed through personal secrets, discovered by the long arm of NSA spying?