Por SOAWatch*

Hoy nos reunimos en las ancestrales tierras de los Cherokee y los Muscogee Creek. Hoy honramos a todos sus descendientes y a las comunidades que viven y resisten aquí. ¡Mientras la supremacía blanca exista en un Estado construido sobre tierra robada, nunca habrá justicia! Que nuestro testimonio los honre a todos. ¡Juntos gritamos!

Hoy nos reunimos en memoria de la redada en el campus de la Universidad Centroamericana en El Salvador. Hoy recordamos la madrugada cuando soldados y sus armas, generales y sus comandos, y políticos con respaldo internacional, asesinaron a Elba y Celina Ramos, Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín Baró, Joaquín López y López, Juan Ramón Moreno y Amando López. En la tenue luz que precede el despertar del sol, los poderosos celebraron la muerte de aquellos que amaban a la gente de El Salvador. Nunca imaginaron que treinta años después, los nombres de los mártires seguirían siendo pronunciados, sus historias aún recordadas y contadas, y su resistencia seguiría prosperando. No pudieron comprender el poder del amor de la gente; del amor que no se detiene en las fronteras, del amor que no olvida. El amor no desaparece con la muerte. El amor dice: recordamos. ¡El amor exige justicia, dice ya Basta! El amor derriba los muros fronterizos diciendo bienvenidos ¡Juntos gritamos!

Hoy nos reunimos en espíritu con todos a quienes la supremacía blanca deshecha en la búsqueda de dominación y explotación. Hoy nos unimos para denunciar una pequeña pieza de este rompecabezas: la Escuela de las Américas, renombrada WHINSEC. Hoy en Ft. Benning, no sólo se está capacitando a militares y policías de América Latina, sino también a agentes del Departamento de Seguridad Nacional, de la Patrulla Fronteriza y de ICE. Son estos agentes quienes hacen cumplir las políticas estadounidenses que obligan a las personas a abandonar sus hogares para luego criminalizarlas, deshumanizarlas y asesinarlas cuando migran. Hoy nos reunimos en Georgia unidos a nuestras luchas en Nogales y en solidaridad con cada comunidad que enfrenta la violencia y la opresión del Imperialismo Fronterizo. El Imperialismo Fronterizo tiene sus raíces en la historia de la supremacía blanca de los Estados Unidos. El imperialismo fronterizo se basa en la visión de SOA / WHINSEC. Vemos la profundidad de estos lazos cuando ICE anunció que Ft. Benning será la nueva sede de las instalaciones de entrenamiento de “guerra urbana”. Esta guerra urbana es contra las personas migrantes y contra otras comunidades vulnerables en los Estados Unidos. La Patrulla Fronteriza y el ICE se unen al largo legado de violencia disfrazado de seguridad y de opresión disfrazado de democracia. Este momento llama por un movimiento internacional de paz y justicia racial en solidaridad con las luchas de los pueblos por la justicia, la libertad y la dignidad. Estamos aquí para luchar. Estamos aquí para crear. ¡Juntos gritamos!

Hace apenas unos días en Bolivia al menos seis graduados de SOA-WHINSEC, liderados por el general Williams Kaliman Romero, facilitaron un golpe de Estado contra la voluntad del pueblo boliviano que eligió democráticamente al presidente Evo Morales. Condenamos este asalto imperialista al pueblo de Bolivia. Denunciamos la quema de la Wiphala, un símbolo de unidad, fuerza y resistencia indígena. Apoyamos a las comunidades indígenas y campesinas, y apoyamos su autonomía, su derecho a organizarse y a decidir el destino de sus territorios fuera de la garra de los Estados Unidos. Mientras la Wiphala ondee, el fuego de la resistencia continuará iluminando a Abya Yala. ¡Juntos gritamos!

Los Estados Unidos entrenan y proveen asistencia a las fuerzas de seguridad en Haití, Ecuador y Chile, responsables de la brutal represión contra manifestantes. Después de Colombia, Chile es el segundo país que envía el mayor número de fuerzas de seguridad para ser entrenadas en la SOA-WHINSEC. SOA Watch se solidariza con los manifestantes de toda la región que están desafiando el modelo económico neoliberal exportado por Estados Unidos y sus instituciones, como el FMI, que sólo conducen a la desigualdad, a la privatización y a la injusticia. Es en momentos como estos, cuando el modelo económico está en crisis, que la agenda estadounidense de entrenamiento y financiamiento de las fuerzas de seguridad en todo el continente queda clara: imponer políticas económicas derechistas que beneficien a las corporaciones y a las élites, y cuyo resultado es la privatización y recortes en el gasto público que perjudican a la abrumadora mayoría de la población. Estas políticas son aplicadas por administraciones y fuerzas de seguridad respaldadas, entrenadas y financiadas por los Estados Unidos, quienes no piensan dos veces en disparar balas reales contra de su propio pueblo; el pueblo que reclama su derecho a la autodeterminación económica y a la vida digna. Hoy ponemos nuestros cuerpos en las calles en solidaridad y ¡Juntos gritamos!

Colombia ha sido durante mucho tiempo el cliente número uno de la SOA, enviando a más de 10 mil soldados. Cerca de 5 millones de colombianos han sido desplazados internamente debido a la violencia. Cada día que pasa sin cumplirse los Acuerdos de Paz conlleva un costo en la vida de los sectores más pobres del país que jamás será recuperada. En este clima de incertidumbre que rodea la implementación de los Acuerdos de Paz, sumamos nuestras voces a las del pueblo colombiano. Exigimos el cese de los asesinatos de nuestros hermanos y hermanas campesinos; de indígenas, de afrodescendientes, de sindicalistas y líderes estudiantiles; de ex-insurgentes que han entregado sus armas a favor de la paz. Denunciamos a quienes apoyan los intereses transnacionales capitalistas que rechazan los Acuerdos de Paz. Condenamos al gobierno de Estados Unidos que cultiva la violencia y el desplazamiento, al tiempo que se niega a apoyar el trabajo de base que busca poner fin a más de 50 años de guerra. Nos unimos hoy en la promesa de una Colombia con paz y justicia. ¡Juntos gritamos!

En México, la Iniciativa Mérida ha garantizado la expansión del entrenamiento militar y policial estadounidense, armas y operaciones al sur de su frontera política, y ha perpetuado la violencia y el terror de Estado en al sur del Río Bravo. Desde 2006, más de 220 mil personas han sido asesinadas y más de 30 mil han sido desaparecidas. El Plan Frontera Sur y la Operación Patriota Fiel utilizan a México como una extensión de los Estados Unidos para controlar Mesoamérica – donde miles de migrantes y refugiados han desaparecido, donde periodistas y activistas de derechos humanos han sido asesinados, donde mujeres han sido víctimas de feminicidios continuos, donde miembros de la comunidad LGBTQ sufren violencia constantes y donde los pueblos indígenas continúan la resistencia contra el exterminio. ¡Juntos gritamos!

Años después del golpe militar encabezado por la SOA en Honduras y su consolidación en las elecciones fraudulentas, Honduras continúa con sus políticas de terror y violencia contra sus ciudadanos. La militarización como política de Estado ha hecho de Honduras el país con los mayores niveles de violencia en el mundo. El régimen Hondureño no cesa la represión contra los grupos campesinos que protegen su tierra, como se ve en los casos del Bajo Aguán y de Zacate Grande. No olvidamos que uno de los autores intelectuales del caos en Honduras es el Pentágono, ya que los graduados de la SOA están al frente de todas las ramas de las fuerzas de seguridad hondureñas. Trabajadores de derechos humanos, comunidades indígenas y campesinas, ambientalistas, abogados, periodistas, miembros de la comunidad LGBTQ, activistas estudiantiles y líderes de movimientos sociales son blanco de criminalización, ataques y asesinatos. Los que alzan la voz se enfrentan a la represión y aún así continúan luchando por la defensa de sus territorios y sus derechos, mientras que los Estados Unidos continúa financiando y apoyando a un régimen represivo para proteger los intereses de las multinacionales mineras y manufactureras. Guiados por la autodeterminación del pueblo hondureño, ¡Juntos gritamos!

En Guatemala y El Salvador, el tejido social fue desgarrado por la violencia respaldada por los Estados Unidos durante décadas de conflicto armado. Estas heridas continúan moldeando las vidas de las comunidades a través de Centroamérica mientras la gente, limitada en opciones, es obligada a huir. Estados Unidos está ayudando vergonzosamente a la remilitarización de Centroamérica a través de la Alianza para la Prosperidad. Los movimientos sociales en Guatemala y en El Salvador no han olvida
do, y a través de la memoria histórica lideran la lucha por una vida digna en todos los sentidos: la recuperación de la memoria de los desaparecidos, el rechazo a la militarización, la defensa de nuestras tierras y el trabajo continuo de resistencia. Al lado de los afectados por las fallidas políticas pasadas y presentes que emplean soluciones militares para los problemas sociales, ¡Juntos gritamos!

Décadas después de la invasión de Estados Unidos en Panamá y de la Operación Causa Justa, más de 500 familias siguen exigiendo justicia para los desaparecidos, pero las tropas del Comando Sur estadounidense mantienen presencia entrenando a la policía panameña para combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada. A pesar de ser uno de los pocos países sin ejército, gasta más en seguridad que cualquier otro país de la región. Durante la última década, las fuerzas de seguridad han cometido violaciones de los derechos humanos de civiles, aplastando protestas y dejando más de una docena de muertos y cientos de heridos. La SOA comenzó en Panamá y junto con el pueblo panameño exigimos el fin de la intervención de los Estados Unidos y ¡Juntos gritamos!

En el Oriente Medio, África del Norte y el sur de Asia, la Guerra contra el Terror ha causado la muerte de al menos 2 millones de personas desde 2001. La Guerra contra el Terror desestabiliza países, sostiene regímenes títeres o monarquías amistosas hacia el imperio estadounidense. Hoy, elevamos a las víctimas de la Guerra contra el Terrorismo, vivas y muertas, principalmente musulmanas, y que han sido destruidas para promover la hegemonía estadounidense. Elevamos el millón de vidas perdidas en Irak y los 300 mil refugiados iraquíes. Elevamos los 220 mil muertos en Afganistán, y los 80 mil muertos en Pakistán. Elevamos a las víctimas de los drones estadounidenses en Pakistán, Afganistán, Yemen, Somalia, Irak y Siria. Elevamos los cientos y miles de muertos en Siria. Elevamos al pueblo de Palestina, que ha sido víctima del sionismo y del imperialismo estadounidense en Oriente Medio. Elevamos a todos aquellos cuyas vidas han sido destruidas, a los refugiados que huyeron de la guerra y que murieron en el proceso; a los jóvenes que trabajan para cuidar de sus familias, y a las mujeres que resisten para mantener a sus comunidades vivas. Elevamos la resistencia y las luchas de los pueblos del Medio Oriente, el norte de África y del sur de Asia por la autodeterminación, por una vida digna y por el fin de las guerras estadounidenses. ¡Juntos gritamos!

En Lumpkin, Eloy y en muchas ciudades de los Estados Unidos, la prisión para migrantes con fines de lucro destroza a las familias y esconde a sus seres queridos tras muros hechos para romper su dignidad. La segregación tras las rejas de quienes son calificados como indeseables es una práctica muy común en los Estados Unidos, donde 2.4 millones de personas están recluidas en prisiones financiadas por las iniciativas privadas, estatales y federales. Los migrantes son desplazados debido a la agenda económica y política de los Estados Unidos. Mientras continúe la criminalización y el almacenamiento de comunidades enteras, ¡Juntos gritamos!
En Ferguson, Baltimore, Cleveland y otras innumerables ciudades de los Estados Unidos,
el Pentágono está bombeando 5 mil millones de dólares a las calles en forma de tanques, equipo militar y drones. Frente a este asalto a nuestras comunidades, levantamos el trabajo de organizadores y activistas audaces y lo suficientemente valientes para hacer frente a la brutalidad racista que vemos en los departamentos de policía, en las prisiones, en las escuelas, en las fronteras y en nuestras comunidades. Es hora de unirnos contra el racismo, el capitalismo, el materialismo y el militarismo que están destrozando nuestras familias y destruyendo nuestras comunidades. Es hora de construir mientras resistimos. Ya no es suficiente grabar en vídeo y difundir la violencia que se ejerce contra nosotros. Ya no es suficiente ser tendencia en redes sociales. Debemos volvernos visionarios. Debemos volvernos vecinos de nuevo. Es tiempo de salir detrás de las persianas y puertas y voltear a vernos unos a otras. Nuestras comunidades no son zonas de guerra. ¡Juntos gritamos! Para todos los organizadores sindicales, estudiantiles, líderes religiosos, artistas, educadores, periodistas y agricultores; para las incontables comunidades en resistencia y aquellos que con dignidad luchan por proteger sus vidas, su tierra; para todos aquellos que están creando nuevas formas de resistencia para proteger a sus comunidades, y para aquellos que se organizan para transformar la horrenda realidad que ven con sus propios ojos ¡Juntos gritamos!

Pedido a las y los líderes de la Procesión Fúnebre Al participar en esta procesión fúnebre conmemorativa, estás honrando la vida de aquellos que han sufrido y siguen sufriendo a causa de la Escuela de Asesinos y todos los demás actos de terror. Ahora vas como emisario de paz para enfrentar violencia con la no violencia. ¿Te comprometes a ser no violento en tu espíritu y en tus acciones mientras te unes a esta solemne procesión fúnebre? Y en los meses venideros, ¿continuarás trabajando para cerrar la escuela y motivar a otros a hacer lo mismo? Respuesta: Hoy seré no violento en mi espíritu y en mi acción. Por presencia, trabajo y acción, honraré a aquellos en las zonas fronterizas, en América Latina y el Caribe que han sufrido, así como a otros que han sufrido el terrorismo global, y a aquellos que continúan poniéndose en riesgo por la justicia. Continuaré el trabajo en los próximos meses hasta que se cierre la Escuela de Asesinos y se desmantelen las estructuras de opresión en las que se basa.
Bendición comunitaria Que el amor y el coraje nos acompañen en nuestro trabajo de construir la comunidad y transformar la injusticia. Que la memoria y la sabiduría nos enraícen frente a la violencia radical de un imperio en crisis. Que la humildad y la gratitud nos guíen al unirnos en la solidaridad con los pueblos de todo el mundo que luchan por sus vidas. Que la alegría y la belleza nos alimenten mientras miramos las estructuras e instituciones fallidas hacia un mundo nuevo. Que el asombro y la imaginación nos enseñen a escuchar las voces de nuestros ancestros que conocen el camino de vuelta a casa. ¡Juntos gritamos!

* Esta letanía se leyó el 17 de noviembre de 2019 en el frontis de Fort Benning, EEUU, donde actualmente opera la Escuela de las Américas en el marco de las acciones 2019 de SOAWatch.

*Este texto ha sido publicado en la Revista El Derecho de Vivir en Paz N°14.


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