Por Hervi Lara*

Franz Kafka, en su libro EL PROCESO, relata sobre un hombre detenido bajo una acusación que ignora y que sus captores y los jueces también la ignoran.  Existe alguna similitud con lo acontecido a Julian Assange.  Muchas veces, la realidad supera a la imaginación literaria.  Assange es programador, periodista y activista en internet.  Nació en Australia, tiene 52 años  y es conocido por ser fundador, editor y portavoz del sitio web WIKILEAKS.  Assange estudió en la Universidad de Melbourne y en Central Queensland University.  Desde muy joven se interesó por la tecnología informática y aprendió a programar.  En 2006 fundó Wikileaks como “una wiki sin censura para la  publicación masiva y el análisis de documentos secretos que no pueden rastrearse hasta el remitente”.  (…)  “Nuestro principal interés se centra en  los países con regímenes totalitarios”.  (…)  “También cooperamos con aquellos que quieren exponer comportamientos poco éticos de sus propios gobiernos y empresas”. (1).

En 2006, Wikileaks comenzó la publicación de documentos gubernamentales, militares y de inteligencia que revelaban escándalos y delitos de gobiernos de diversos países, en la búsqueda de “transparencia y verdad radicales”.  Su sitio web publicó cerca de un millón de documentos militares secretos relacionados con las guerras de USA en Irak y  en Afganistán, así como los relativos al campo de concentración de Guantánamo, cables diplomáticos y documentos internos de la Iglesia de la Cienciología.  Assange describió esas filtraciones como “pruebas convincentes de crímenes de guerra” cometidos por las fuerzas de USA y del gobierno iraquí.  Uno de los elementos que Wikileaks publicó llevaba por título “Asesinato colateral”.  Fueron imágenes de video de un ataque aéreo del ejército de USA en Bagdad del 12 de julio de 2007.  Las imágenes clasificadas muestran a un helicóptero “Apache” disparando un cañón contra un grupo de personas entre los que se encontraban dos periodistas de Reuter.  Murieron alrededor de doce personas y dos niños resultaron heridos.  Desde el helicóptero, una grabación instaba a los pilotos a “quemarlos a todos”.  Se mostraba un crimen de guerra que el gobierno de USA había encubierto. Frente a esto, las autoridades de USA acusaron a Assange de cargos de espionaje por la publicación de los miles de documentos que le habían sido proporcionados entre 2010 y 2011 por Chelsea Manning, un ex analista de inteligencia del ejército de USA.    A modo de justificación y desviando la atención de la gravedad de los crímenes de guerra, las autoridades de USA acusaron a Assange de poner en peligro la vida de fuentes confidenciales al haber difundido cables sin filtrar.  No obstante, no se reconocía que Assange es periodista, por lo que no infringió ninguna ley, puesto que está dentro del ámbito de dicha profesión la publicación de información clasificada que ha sido traspasada por personas en posesión de información privilegiada.   En tales circunstancias, Assange era merecedor de la protección constitucional de la Primera Enmienda de USA que establece que “el Congreso no aprobará ninguna ley (…) que coarte la libertad de expresión o de prensa”.  Paralelamente, Manning fue declarado culpable de 20 cargos.  En 2013, fue condenado a 35 años de prisión en Fort Leavenworth (Kansas), pena que le fue conmutada en enero de 2017 por el Presidente Barack Obama.

A raíz de esto y con estadía en Londres, Assange debió enfrentar 18 cargos por su presunto papel en lo que fue denominado delito.  Esto es, USA acusó de delito no los crímenes de guerra cometidos por su ejército, sino la denuncia de los mismos.  En agosto de 2010, se gestó otra manida maniobra en su contra: fue acusado de agresión sexual en Suecia, enfrentando así una orden de arresto internacional.  Assange desmintió las acusaciones calificándolas de  “campaña de difamación”, negándose a ir a Estocolmo.  Más tarde, las dos mujeres que lo inculpaban negaron las acusaciones.  No obstante, Assange se entregó a las autoridades británicas, quedando en libertad bajo fianza.   Assange pidió asilo al gobierno de Ecuador, entonces bajo la presidencia democrática de Rafael Correa, quien le concedió asilo político en la embajada de su país en Londres, donde Assange  estuvo siete años refugiado para evitar un arresto que podría haberlo llevado a cadena perpetua o a una muerte inmediata, dado que fue sentenciado por USA a una pena de 175 años de prisión tras su extradición a Norteamérica.  En 2019, Lenin Moreno, nuevo Presidente de Ecuador, revocó el asilo político a Assange,  le retiró la ciudadanía ecuatoriana  que se le había  concedido y lo entregó a la policía  británica.  La justicia inglesa acusó a Assange de violar las condiciones de la libertad bajo fianza al haberse refugiado en la embajada de Ecuador, por lo que fue sentenciado a 50 semanas de prisión en máxima seguridad en Belmarsh, donde estuvo cinco años.

La defensa de Assange mantuvo como argumento que el caso en su contra tenía motivaciones políticas; que en USA no enfrentaría un  juicio justo; y que su entrega violaría la Convención Europea de Derechos Humanos.   Tras esta defensa y la presión internacional, la justicia británica pidió garantías a USA de que Assange no sería condenado a muerte.  Por su parte, los defensores de la libertad de expresión condenaron el intento de extradición por el efecto paralizador que esto significaría sobre la libertad de prensa.  Wikeleaks  publicó 573.000 mensajes interceptados y enviados durante los ataques terroristas del 11 S en USA.  En 2008, Wikeleaks publicó  nombres, direcciones en información de contacto de 13.000 miembros del Partido Nacional Británico.  El manifiesto de dicho partido proponía la prohibición de la inmigración de países musulmanes y animar a los migrantes residentes del Reino Unido a regresar a “sus tierras de origen étnico”.  En 2015, Wikileaks publicó una filtración de 170.000 correos electrónicos y 20.000 documentos del estudio cinematográfico Sony Pictures sobre películas que se burlaban de Corea del Norte y denigraban a actrices como Jennifer Lawrence, Amy Adams, Angelina Jolie y al “despreciable actor” Leonardo di Caprio.  Además, se hicieron públicos 75.000 informes relacionados con la guerra de Afganistán.  400.000 con la guerra de Irak.  800 informes de evaluación de detenidos en la prisión de Guantánamo.  250.000 cables del Departamento de Estado de USA.  En Afganistán, el ejército de USA había asesinado a cientos de civiles en incidentes no denunciados.  En Irak, se divulgó que hubo  66.000 civiles asesinados más del número que el ejército había informado.  Se divulgó que USA pretendía recopilar información biográfica y biométrica (escaneo del iris, muestras de ADN y huellas dactilares) de funcionarios clave de la ONU.   Wikileaks continuó con sus publicaciones.  En 2016, se hicieron públicos miles de correos electrónicos pirateados del Comité Nacional Demócrata y  correos electrónicos de la cuenta privada de correo  de John Podestá, presidente de la campaña de Hillary Clinton, justo antes de las elecciones de USA.  A esto se atribuyó el fracaso de Clinton ante Trump.  Joe Biden, entonces vicepresidente de USA, calificó a Assange como “un terrorista de alta tecnología”.  Más tarde, durante la presidencia de Trump, la justicia de USA presentó cargos contra Assange debido a sus revelaciones.  La acusación: conspiración con Chelsea Manning para un ciberataque a ordenadores del Pentágono.  Se sumaron otros 17 cargos por espionaje y revelación de secretos de seguridad nacional, lo que significarían 175 años de prisión.  USA presentó una solicitud de extradición a Gran Bretaña.  Se despojó a Assange de su condición de periodista por publicar datos sin contexto.  Se le calificó de hacker o pirata informático.  No se reconoció que en 2009, Assange había recibido el Premio Amnistía Internacional a los Medios, al que siguieron otros premios por su trabajo periodístico.   La Federación Internacional de Periodistas y la Federación Europea de Periodistas advirtieron que “la persecución de Julian Assange pone en peligro la libertad de prensa en todo el mundo”.  

El 24 de junio de 2024, tras siete años de asilo en la embajada ecuatoriana en Londres y cinco años de prisión, Julian Assange llegó a un acuerdo con la justicia de USA y fue liberado.  Para obtener la libertad, Assange se vio obligado a reconocer una de las tantas acusaciones falsas ante un juez de Islas Mariana, territorio militarizado de USA en el Océano Pacífico: actos de espionaje y obtención y divulgación de información sobre la defensa nacional.  De no hacerlo, habría continuado arriesgando su vida.

Julian Assange ha sido un ejemplo de dignidad frente a un pseudo sistema judicial que no es otra cosa sino una maquinaria que funciona sin consideración por la verdad y la dignidad de las personas.  Para los que se  consideran dueños de la vida y de la muerte ha sido mayor el interés en mantener el sistema opresor y criminal en funcionamiento que en actuar de manera correcta.  Así continúan contribuyendo a perpetuar la injusticia y la opresión.  En situaciones hostiles y sin sentido, donde la razón ha sido abandonada, Assange ha mantenido los valores éticos de su profesión, sufriendo la marginación y la calumnia frente al mayor poder del mundo.  La dignidad y la nobleza humana demostradas por Assange han sido silenciadas por los medios periodísticos, cuya misión esencial es buscar y decir la verdad, para así desarrollar la sociedad democrática.  Ello significa el respeto a la persona humana, su valor y el cuidado que cada uno requiere, más allá del dolor y del daño infligido. 

NOTA

  1. WIKI es un término hawaiano que significa “muy rápido”.  Wikileaks es un sitio diseñado para que grupos de usuarios puedan crear páginas sencillas y vincularlas entre sí para capturar y compartir ideas rápidamente.

* Hervi Lara  Bravo, pertenece al Comité Oscar Romero, SICSAL-Chile, y al Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas. Es colaborador de la Revista El Derecho de Vivir en Paz.

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