En informe presentado ante el senado este martes, el director nacional del servicio de inteligencia de EEUU, James Clapper , sentenció que los servicios de inteligencia de la República de Cuba siguen siendo la principal amenaza para la seguridad interna de su nación en el Hemisferio Occidental, esto pese al restablecimiento y supuesta “normalización” de las relaciones diplomáticas entre ambos países desde el año pasado.
Clapper, en su informe para la comisión de asuntos militares del Senado, dijo literalmente que “Rusia y China representan la mayor amenaza para EEUU, seguidos por Irán y Cuba, a menor escala”.
El alto funcionario alegó que según la información que maneja , la inteligencia cubana “continúa viendo a Estados Unidos como una amenaza primaria”. Y en ese sentido, el gobierno de La Habana, según Clapper, “seguirá concentrado en preservar el control político mientras se prepara una posible transición presidencial”, antes del 2018.
También se refirió a la posibilidad que más cubanos busquen migrar a territorio estadounidense, en especial por la posibilidad de la derogación de la Ley de Ajuste Cubano, que concede automáticamente residencia legal permanente a los cubanos que pongan pie en territorio estadounidense. Para ellos, la migración masiva es también un riesgo.
Además comentó que en el gobierno socialista de La Habana se preparan para una “probable transición presidencial en 2018”.
LA POLÍTICA DE BUSH RECARGADA
Como se ha podido percibir desde su primer mandato, el presidente norteamericano Barack Obama insiste en preservar la línea política de su predecesor George W. Bush, conservado de esta manera las peores tradiciones de la hegemonía estadounidense.
Así lo ha demostrado con la perspectiva de un “nuevo comienzo” en las relaciones con Rusia, con lo que solo persigue el reconocimiento de la dominación de Moscú desde Washignton, tesis que no está siendo fácil de aplicar en la práctica puesto que Rusia no se somete a los dictámenes de la Casa Blanca sobre el orden mundial. El capitalismo de autoafirmación nacional de Vladimir Putin, no encaja en la tesis de dominación occidental absoluta de EEUU. Esto ha traído como consecuencia que en la geopolítica internacional se regrese al “pensamiento de la Guerra Fría”.
El odio contra la Rusia de Putin es una reminiscencia del antisovietismo y el anticomunismo más agresivo. El resultado es que ahora la intromisión de Occidente en los asuntos rusos es mucho más abierta y descarada que en la época soviética.
LA MISMA RECETA PARA AMÉRICA LATINA
Las relaciones entre Rusia y América Latina han pasado por varias etapas, desde el fin de la segunda guerra mundial en el año de 1945.
Desde hace 17 años, se siente la impronta de Hugo Chávez, en el reordenamiento mundial y de este modo, Rusia y América Latina forjan una alianza antiimperialista, cuyo objetivo esencial es la consolidación de un mundo multipolar.
En Moscú, países como Cuba, Nicaragua, Argentina, Brasil y Venezuela han encontrado un aliado contra la hegemonía y el neocolonialismo norteamericano.No es de extrañarnos entonces, que la estrategia del Departamento de Estado, sea la búsqueda del retorno de la doctrina Monroe y del panamericanismo en la región.
Así lo demuestra esta visión de Clapper ante el Senado y pone en evidencia la doble moral de la diplomacia estadounidense, que por un lado manifiesta su interés por “normalizar las relaciones” y por el otro, continúa considerando ala Cuba socialista como un enemigo potencial y una amenaza.
SOLO COMERCIO Y GANANCIAS
En la onda de la “normalización” de las relaciones entre EEUU y Cuba, entra el tema del levantamiento de las injustas sanciones sobre la economía de al isla, condenadas por la gran mayoría de la comunidad internacional. Sin embargo, en lo concreto se ha avanzado poco pese a la supuesta intención de Obama de impulsar en el Congreso el fin del bloqueo económico financiero y el cierre de la prisión de Guantánamo.
Hasta los momentos, las medidas dictadas por EEUU están beneficiando a las compañías estadounidenses que ahora pueden solicitar la aprobación del Departamento de Comercio para suministrar productos y servicios en Cuba en los sectores de telecomunicaciones, seguridad aérea, medios de información, algunos productos agrícolas, y lo catalogado como “satisfacción de las necesidades del pueblo cubano”, donde entran las áreas de sanidad, transporte público y construcción.
Sin embargo, la liberalización de estas diversas áreas y esferas en el plano de los negocios, estimula las actividades de las empresas estadounidenses en Cuba. La penetración en el mercado cubano de los servicios, de equipos y productos modernos aunque puede resultar beneficioso para la población cubana, no es tan relevante porque omite sectores clave de la economía de Cuba, como el turismo, principal fuente de ingresos del país. Esto demuestra una cierta distinción y doble intencionalidad en las declaraciones del Gobierno de EEUU sobre la normalización de las relaciones y los pasos reales hacia este objetivo.
VENEZUELA, BRASIL Y CENTRO AMÉRICA
No podía faltar el tema de Venezuela, en este contexto de reedición de la guerra fría y reimposición de la doctrina Monroe en nuestro continente. Al respecto, Clapper se refirió a la situación venezolana como “delicada” y destacó la circunstancial victoria contrarrevolucionaria en la Asamblea Nacional, el pasado 6 de diciembre.
Para el jefe del espionaje estadounidense, la oposición venezolana “podría impulsar “en el contexto de una extensa agenda, la figura del referéndum revocatorio para “sacar” al presidente Nicolás Maduro, e hizo especial énfasis en la “profunda” crisis económica venezolana.
Advirtió acerca del “enfrentamiento de poderes” y de las “acciones” del gobierno revolucionario para evitar caer en default a su deuda soberana tras “años de políticas inapropiadas y gasto público descontrolado” y “criticó” el supuesto ocultamiento de las cifras oficiales “sobre los indicadores macroeconómicos, como la inflación y el crecimiento”.
Por otra parte, catalogó la situación en Brasil , refiriéndose a las investigaciones por corrupción en Petrobras, como una “parálisis política” que podría generar más “revelaciones dañinas”.
No por casualidad Venezuela y Brasil, dos gigantes suramericanos con gobiernos nacionalistas y antiimperilistas, son los que provocan desvelos y “preocupaciones”.
También expresó preocupación por el alto nivel de migración desde Centroamérica a EEUU, y por la situación de sequía con nefastas consecuencias para Honduras y Guatemala.
CON MÉXICO Y COLOMBIA
Clepper destacó la amenaza que representan los carteles de la droga para la seguridad estadounidense debido al aumento acelerado del tráfico de heroína y metanfetaminas procedentes de México, cocaína procedente de los países andinos y de sustancias psicoactivas elaboradas principalmente en Asia, según el informe presentado.
Clapper catalogó de “crucial” la alianza con el gobierno mexicano para contrarrestar el tráfico ilegal de heroína.
“Creo que el liderazgo nacional en México obviamente le gustaría detener el tráfico. Pero allí, como usted sabe, fuerzas económicas muy poderosas están en contra. Y tienen mucho dinero. Y también está el problema de la corrupción”, dijo Clapper al responder una pregunta del senador demócrata por Maine Angus King sobre la honestidad de los mexicanos en el combate al narcotráfico, señalaron las agencias internacionales.
Clapper interactuó con el ultraderechista senador republicano John McCain, y reiteró su posición de catalogar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Farc como una organización vinculada al tráfico y cultivo de drogas, pese al proceso de paz en Colombia.